4 de julio de 2006

Alternativas

Si en artículos anteriores ponía de manifiesto determinadas cuestiones básicas sobre la seguridad del equipo informático que usamos para el desarrollo de nuestra actividad profesional, a continuación detallaré, igualmente de forma somera, las necesidades básicas de un despacho profesional en lo relativo al software o programas de ordenador fundamentales y sus alternativas mas ventajosas a mi entender.

Voy a partir quizás de una premisa falsa o no compartida por muchos usuarios avanzados, pero que no deja de ser la realidad. Dicha premisa es el uso casi generalizado, entre los profesionales del derecho, del sistema operativo de Microsoft Windows en sus diversas versiones, siendo la más habitual actualmente la versión XP de dicho sistema.

La alternativa de software libre, que pasa fundamentalmente por el uso de sistemas operativos nativos Linux, y que me consta que algún que otro abogado y procurador usan, la dejamos para otra ocasión, ya que da para más de un artículo.

A nadie se le escapa que lo primero que vamos a necesitar para el desarrollo de nuestro trabajo es un procesador de textos para poder redactar y editar nuestros escritos de manera fiable y poder conservar lo escrito en archivos en formato lo suficientemente generalizado para ser compatible con los programas de terceros, permitiendo así compartir de manera simple la información.

El estándar de hecho en cuanto a procesador de textos es el programa Microsoft Word, que viene incluida en la suite ofimática Microsoft Office siendo la versión más actual la 2003 (existe una versión beta de lo que se llama Microsoft Office 2007 que estoy probando y de la que en su momento opinaré)

Las funcionalidades de esta suite informática son muy avanzadas y es posible que el usuario medio no llegue nunca a usar el programa en toda su capacidad.

El problema es el precio del editor, unido a la suite informática. La página web de Microsoft http://www.microsoft.com/spain/office/editions/howtobuy/professional.mspx informa de un precio para la versión 2003 profesional de 744 € para el usuario nuevo y 470 € para la actualización de versión anterior.

El precio, sin duda importante, incluye, además del editor de texto, los programas Microsoft Office Access 2003 (base de datos) Microsoft Office Excel 2003 (hoja de cálculo), Microsoft Office Outlook 2003 (gestor de correo electrónico, contactos tareas y citas), y Microsoft Office PowerPoint 2003 (presentaciones y diapositivas).

Existe la versión home, que es más barata, pero no incluye algunos de los programas antes señalados, como la base de datos de Microsoft Office Access 2003, ni Microsoft Office PowerPoint 2003.

La alternativa que se suele recomendar, y yo también lo hago, a la suite informática Microsoft Office es OpenOffice.org, que actualmente marcha por su versión 2.0.3, y que tiene la ventaja inmensa de que, al estar desarrollada dentro de lo que se ha venido en denominar software libre, es gratuita.

Se puede descargar desde Internet desde la web del proyecto en la dirección http://download.openoffice.org/2.0.3/index.html (94 MB, media hora de descarga con una conexión ADSL) o bien solicitar el envío de un CD.

La suite OpenOffice.org, de una manera similar a la de Microsoft, incluye, además del procesador de textos (aquí llamado Writer) los programas Calc (hoja de cálculo), Impress (presentaciones en pantalla o diapositivas), Draw (tratamiento básico de imágenes), y Base (base de datos).

Cuenta OpenOffice.org con la ventaja añadida de que es compatible con los archivos de Microsoft Word, Microsoft Excel y Microsoft PowerPoint, por lo que es posible compartir sin dificultades los datos entre los programas de uno u otro fabricante.

La compatibilidad, la fiabilidad, y la gratuidad del producto, deberían de hacer de OpenOffice.org el candidato ideal para el uso como herramienta ofimática, pero por desconocimiento o desconfianza, se suele preferir por pagar, o incluso por optar por una versión ilegal de Microsoft Office, antes que por una legal y gratuita de OpenOffice.org.

El motivo de este fenómeno puede variar según las personas, pero básicamente se entiende de forma errónea que si contamos con un producto que vale en el mercado más de 700 € tiene que ser forzosamente mejor que otro por el que no se molestan ni en cobrar.

Esta conclusión parte del desconocimiento sobre lo que es el software libre, y que vale tanto para OpenOffice.org, como para otros programas bajo esta filosofía.

El software libre es el software que, una vez obtenido, puede ser usado, copiado, estudiado, modificado y redistribuido libremente. El software libre suele, como OpenOffice.org, estar disponible gratuitamente en Internet o al precio del coste de la distribución o el soporte, a través de otros medios; sin embargo no siempre es obligatorio que sea así y, aunque conserve su carácter de libre, puede ser vendido comercialmente, aunque a precios sensiblemente inferiores al software puramente comercial

Análogamente, existe también el software gratis o gratuito (denominado usualmente freeware, del que hablamos junto al shreware en otro artículo en estas páginas) y que incluye en algunas ocasiones el código fuente; sin embargo, este tipo de software no es libre en el mismo sentido que el software libre, valga la redundancia a menos que se garanticen expresamente los derechos de modificación y redistribución de dichas versiones modificadas del programa.

No debemos confundir software libre con software de dominio público. Este último es aquel por el que no es necesario solicitar ninguna licencia y cuyos derechos de explotación son para toda la humanidad, porque pertenece a todos por igual. Cualquiera puede hacer uso de él, siempre con fines legales y consignando su autoría original.

Pero volviendo a nuestras necesidades informáticas como abogados, es posible que a algunos les baste con el procesador y no quieran perderse en una maraña de varios programas por que jamás han usado una base de datos o una hoja de cálculo.

Si no necesitamos más que un editor de texto, por que tanto Microsoft Office como OpenOffice.org nos parecen demasiado grandes y complejas, aún existen otras opciones, como AbiWord un procesador de textos más simple, que se puede descargar desde http://www.abisource.com/download.

Otra cuestión a tener en cuenta en cuanto al uso de software libre es el navegador de Internet.

Estamos acostumbrados a que este navegador venga implementado en nuestro sistema operativo, siendo habitual el uso de Internet Explorer, también de Microsoft, ya que viene incluido en todas las versiones de Windows.

Este hecho hace que, por una parte, el navegador, actualmente en su versión 6.0.29 sea el más usado; y por otra, el más estudiado para ser atacado de múltiples formas. A pesar de que esta en constante actualización a través de http://windowsupdate.microsoft.com, es famoso por sus constantes y múltiples vulnerabilidades que pueden dejar nuestros datos al alcance de cualquier atacante malintencionado.

La alternativa de software libre a Microsoft Internet Explorer es hoy en día Firefox, actualmente en su versión 1.5.04, que podemos descargar desde Internet de forma libre y gratuita en http://www.mozilla.com

Este navegador, tan veloz en su descarga de las páginas web como Microsoft Internet Explorer, tiene además funcionalidades y ventajas que vienen dadas por su integración en la filosofía del software libre.

Entre otras cuestiones, permite la implementación de lo que se ha venido a denominar extensiones, que no son otra cosa que pequeños programas gratuitos que nos permiten acceder a información o hacer determinadas cosas muy concretas desde el navegador.

Desde conocer en todo momento la temperatura de nuestra ciudad y la de los días siguientes, hasta tener disponible un pequeño bloc de notas en el navegador, hay miles de estas pequeñas utilidades también accesibles desde http://www.mozilla.com.

También cuenta con la ventaja de permitir la navegación por pestañas. La navegación por pestañas consiste en abrir pequeñas pestañas dentro del mismo navegador para navegar sin tener que abrir tantas ventanas, algo que de momento Microsoft Internet Explorer no permite, pero que al parecer estará implementado en su versión 7.0 del que ya existe una beta 3 circulando por Internet.

Otra cuestión a tener en cuenta es que Firefox está desarrollado a partir de software de código abierto, es decir que los programadores informáticos externos al proyecto tienen acceso a las «tripas» del producto y pueden sugerir modificaciones, mejoras, y observar y vigilar atentamente que no se incluyan opciones que puedan poner en riesgo la privacidad del usuario, lo que no ocurre con Microsoft Internet Explorer, dónde el código es blindado y secreto.

Podemos hablar también de alternativas al gestor de correo electrónico incluido con el sistema operativo de Microsoft, denominado Microsoft Outlook Express, y que según algunos, quizás exagerando algo, es aún más peligroso que Microsoft Internet Explorer, ya que el noventa y cinco por ciento de los virus aprovechan los fallos que tiene este programa para expandirse por Internet e infectar los ordenadores.

Lo dicho para Microsoft Internet Explorer vale para Microsoft Outlook Express, existiendo también un amplio abanico de alternativas de software libre y gratuito.

Quizás la más destacable sea Mozilla Thunderbird, que podemos descargar en castellano y de manera libre y gratuita en http://www.mozilla.com/thunderbird

Esta utilidad es el cliente de correo de Mozilla, programado con la misma tecnología que el navegador Firefox, conteniendo filtros avanzados para luchar contra el correo no deseado y varias protecciones contra virus en su diseño.

Ocurre con el gestor de correo algo similar que con los navegadores. Además de un diseño transparente y ofrecer una mejor protección contra virus, sufre menos ataques por parte de hackers ya que estos tienden a dirigir sus esfuerzos a sabotear los productos de Microsoft, dejando a un lado sus esfuerzos para atacar el software libre, que incluso ellos mismos suelen usar.

En cualquier caso, y como todo lo relacionado con la informática, nada sirve para todos.

Existen personas que no se despegan de su navegador Internet Explorer, o que no desean hablar de OpenOffice.org; como otros parecen encabezar una cruzada contra lo que denominan el imperio del monopolio de Microsoft y no desean ensuciarse tocando ni un solo programa de esta empresa.

Como casi siempre, en los extremos no suele estar la posición correcta. Microsoft u otras empresas de software comercial, tienen muy buenos y sólidos programas informáticos, con un buen soporte y actualizaciones constantes, y, ejerciendo un legítimo derecho, cobran por ellos.

En el otro extremo de la balanza, mediante el software libre, existen alternativas para quien no quiere o no puede pagar los precios que Microsoft y las otras grandes compañías de software piden por sus programas, ofreciendo prácticamente las mismas funcionalidades, soporte y actualizaciones y ofreciendo plena compatibilidad con los productos de Microsoft.

Ofrecida la alternativa, es el usuario quien probando el software libre y el comercial, puede y debe decidir entre las diversas opciones que se le presentan, con la ventaja de que probar el software libre no te cuesta –en todos los sentidos de la palabra- nada.

Por último señalar que se están fraguando importantes novedades en lo que respecta al uso compartido de la información en Internet en su faceta ofimática. Ya existen ciertas iniciativas aún en pañales, pero que provienen casi todas ellas de la misma fuente: Google.

Entre ellas podemos destacar http://spreadsheets.google.com/ o la hoja de cálculo en línea y gratuita de Google, accesible desde cualquier ubicación, http://www.google.com/notebook/?utm_campaign=gnb&utm_source=us-et-labs o el bloc de notas en línea de Google, que nos permite dejar nuestras anotaciones en Internet y acceder a ellas desde cualquier ordenador conectado, Google Calendar, accesible desde http://www.google.com/calendar/render?pli=1 y que permite acceder desde cualquier sitio a citas, tareas y recordatorios.

Todo lo anterior junto al correo electrónico en línea de Google, denominado Google Mail accesible desde http://mail.google.com/mail nos permiten atisbar en que consiste el futuro de la informática, con la nada desdeñable ventaja de que todos los programas citados de Google son total y absolutamente gratuitos (aunque la mayoría está en desarrollo o se necesita invitación para acceder)

Quien desee más información de este y otros proyectos, puede encontrar toda la información en http://labs.google.com/

Pero los fans del software comercial no deben de entristecerse. Microsoft, ahora si, parece que se ha subido a tiempo al tren del futuro ofimático a través de su futura versión Office 2007 OnLine.