29 de enero de 2009

Costas astronómicas

IAbogado de Javier Muñoz, tiene nuevo ídolo, y yo me apunto al club de fans: un abogado teutón que ha conseguido -para entendernos- una condena en costas a cargo de la administración alemana por importe de 440.000 € (si, no esta mal la cifra) por una hora de trabajo, realmente por un único escrito. ¿Alguien más se apunta?

25 de enero de 2009

Blogs de abogados

Cualquier técnico en marketing afirmará que hoy en día, la presencia de cualquier actividad profesional en Internet en fundamental e imprescindible. Y esta máxima no excluye a los abogados, ya sea a aquellos que ejercen su labor profesional en despachos unipersonales y colectivos, o aquellos integrados en una gran firma.

Casi treinta años después de la aparición de Internet como nuevo fenómeno de difícil clasificación en el panorama de nuestro país, es complicado encontrar hoy algún despacho profesional de cierta enjundia que no tenga su presencia en la red a través de una página web, mas o menos detallada y compleja, y de mejor o peor desarrollo. Poco más se puede decir. La presencia de nuestra actividad en la red se ha convertido en imprescindible, del punto de que casi se puede afirmar que aquel que no está, no existe.

Además Internet, a este nivel, ha producido un efecto socializador entre despachos. La escasa inversión económica que supone el tener un dominio propio en la red y una presencia web a través de una página, supone que el más humilde de los letrados con despacho unipersonal puede rivalizar con el mayor bufete con presencia internacional, y en algunos casos superarlo mediante contenidos web más atractivos, interesantes o actualizados.

El problema que se plantea a partir de la presencia web ya estable y conseguida, en ciertas condiciones de dignidad, es la sensación de estática que pueden producir ciertas páginas web de abogados o despachos de abogados. No hay que confundirse. No podemos considerar nuestra pagina web como una mera tarjeta de visita gigantesca, disponible veinticuatro horas al día los siete días de la semana. La red es fuente de información dinámica. Y la información cambia cada minuto. No podemos por ello consentir que nuestra presencia web se convierta en algo estático, no cambiante, corriendo el riesgo de convertirse en una pieza de museo en pocos meses.

Lo ideal sería que nuestra presencia web se actualizara de forma dinámica, como si de un periódico digital se tratase, plasmando todas las novedades o noticias que protagonice nuestro despacho, o nuestro sector de actividad, ya sean novedades legislativas, sentencias importantes, o cualquier otro asunto de interés. Incluso sería muy interesante proporcionar a nuestros clientes la posibilidad de consultar vía nuestra web, con las lógicas cautelas tecnológicas, el estado de tramitación de sus asuntos. Nada de esto es ciencia ficción. Hoy en día existe y este tipo de servicios se están prestando.

Lógicamente este despliege tiene un coste económico y de dedicación, recursos ambos de los que nadie dispone de forma sobrada, y esto de la web esta en las últimas posiciones en el listado de prioridades de muchos compañeros.

Afortunadamente, la red esta repleta de recursos gratuitos para casi todo, y eliminando el coste económico de la ecuación que antes planteaba, con sólo algo de dedicación podemos acceder a algo que mejorará nuestra presencia web y que permitirá de alguna forma suplir la estática que puede llegar a sufrir nuestra presencia corporativa en Internet. Pero no podemos olvidar, como sabiamente recuerda el refranero, que lo cortés no quita lo valiente, y la idea que desarrollamos a continuación no empece para que nuestra presencia corporativa deba sufrir un “lavado de cara” al menos dos o tres veces al año, y la actualización inmediata de cualquier dato fundamental que sufra modificaciones.

El recurso del que hablo, que quizás alguno ya haya adivinado, es el de los denominados blogs o bitácoras. La palabreja blog deriva de la unión de las inglesas web y log (weblog), teniendo la segunda un significado similar al de diario. En castellano comenzaron a denominarse en un principio bitácoras, como homenaje a a los antiguos cuadernos de bitácora de los barcos, donde el capitán transcribe diariamente las novedades y vicisitudes de la singladura. Este término, sin haberse perdido del todo (Google da 1.400.000 resultados a la busqueda “bitácora de“), ciertamente y en la práctica ha sido fagocitado por el anglicismo “blog”.

Un blog por tanto, es algo tan simple y tan complejo como un sitio web periódicamente actualizado que recopila cronológicamente textos o artículos de uno o varios autores, apareciendo primero el más reciente, donde el autor conserva siempre la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente.

En cada artículo de un blog, “entrada” o “post” en argot técnico, los lectores pueden escribir sus comentarios y el autor darles respuesta, de forma que es posible establecer una especie de diálogo. No obstante es necesario precisar que ésta es una opción que depende de la decisión que tome al respecto el autor del blog, pues las herramientas permiten diseñar blogs en los cuales no todos los internautas -o incluso ninguno- puedan participar. El uso o tema de cada blog es particular, los hay de tipo personal, periodístico, empresarial o corporativo, tecnológico, educativo , políticos, y como no, de abogados o de temática jurídica.

El fenómeno blog ha aumentado exponencialmente en los últimos años de manera que hay muchos personajes conocidos del mundo legal español que lo utilizan como complemento a su presencia corporativa, de forma que actualizan con frecuencia sus actividades, colaboraciones, noticias que protagonizan o que son de interés para la actividad de una forma simple y gratuita.
Y esto no sólo abogados. También hay procuradores, secretarios judiciales, e incluso jueces con blog. Por citar un ejemplo del último de los colectivos, el cada día más mediático juez de menores Emilio Calatayud, ha estrenado muy recientemente el suyo en la siguiente dirección http://www.granadablogs.com/juezcalatayud.

Otros ejemplos son el de la conocida abogada Paloma Llaneza http://bitacora.palomallaneza.com o el de la Procuradora andaluza Isabel Sánchez Reche

En Zaragoza, tenemos también letrados con blog, y con gran repercusión a nivel nacional e internacional, como el de nuestro compañero Pedro J. Canut, http://www.blogespierre.com que dedica fundamentalmente sus entradas a sus reflexiones sobre E-derecho y sociedad del conocimiento. También cuenta con blog, como no, el conocido abogado sevillano especializado en propiedad intelectual David Bravo, al que tuve el placer de entrevistar en su día para esta páginas, y que podemos leer en http://www.filmica.com/david_bravo, y resulta muy interesante el Blog de Derecho público de Sevach en http://www.contencioso.es.

Incluso existen ya blogs de abogados de carácter más o menos corporativo, y no nos tenemos que ir muy lejos para ver varios ejemplos, algunos muy cercanos. Entre ellos alguno de los integrados en el portal del Consejo General de la Abogacía Española, como el de María José Balda, dedicado a la violencia de género (http://www.abogados.es/portalABOGADOS/blogs/mjbalda/blogs.html), con algunos ejemplos de falta evidente de actualización necesaria, sobre todo a la vista de la temática a la que se dedican; o el temático de extranjería de nuestro compañero de Zaragoza y reputado experto en la materia a nivel nacional, Pascual Aguelo (http://www.abogados.es/portalABOGADOS/blogs/paguelo/blogs.html).

Llegados a este punto, algún lector puede pensar: bien, me has convencido de la necesidad de contar con un blog como añadido dinámico a mi presencia más o menos estática en Internet. ¿Qué es lo que hay que hacer y cuanto me va a costar? Pues respondiendo a la segunda de las preguntas y como ya avanzaba, el coste económico puede ser cero. Además, no es necesario ningún conocimiento técnico para publicar nuestro propio blog. Basta con acceder a servicios gratuitos como Blogia (http://www.blogia.com/), por cierto aragoneses; o el servicio de blogs del todopoderoso google (http://www.blogger.com) para, en unos pocos minutos tener nuestro blog en marcha siguiendo unas pocas y simples instrucciones.

Solventada la parte técnica (sin olvidar el preceptivo enlace a nuestra presencia corporativa estática), queda la intelectual, referente a los contenidos, temática, difusión, conveniencia o no de permitir comentarios, frecuencia de actualización, grado de personalización de las publicaciones, y un largo etcétera de cuestiones para las que, el que firma, le es difícil dar consejos que entienda completamente acertados, pero que otros más aventurados no han dudado publicar en internet, sirviendo este post de Maestrso del Web como un pequeño ejemplo de otros muchos cientos: (http://www.maestrosdelweb.com/editorial/consejosblog/)

En definitiva, y a sabiendas de que me repito, las líneas anteriores no son otra cosa que un pequeño acicate para aquel compañero que desee empezar a acercarse a las nuevas tecnologías, esta vez particularmente a los blogs tenga unas breves pautas que puedan despertar su interés, remitiéndome, como siempre, a la red de redes, para mayor información.